HIROSHIMA, 7 de agosto.— Japón celebró en la ciudad de Hiroshima la Conferencia Mundial contra las bombas nucleares y de hidrógeno, coincidiendo con el aniversario 67 de los bombardeos atómicos sobre Hiroshima y Nagasaki ocurridos el 6 y 9 de agosto de 1945, respectivamente.
En su intervención, el embajador cubano José Fernández de Cossío se refirió a la política que promueve Cuba de absoluto rechazo a la fabricación, uso o amenaza de uso de estas armas de exterminio masivo, e insistió en la importancia de establecer zonas libres de armamento nuclear como la que existe en América Latina y el Caribe por el Tratado de Tlatelolco, del cual la Isla es parte.
El diplomático informó sobre la declaración del Movimiento de los Países No Alineados en la XVI Conferencia Ministerial celebrada en Bali, Indonesia, y su propuesta de un plan de acción para la total eliminación de estos arsenales.
Al referirse al Tratado de No Proliferación, Fernández de Cossío dijo que sigue sin lograr su propósito, pues las potencias nucleares se concentran en evitar la proliferación horizontal al tiempo que mantienen ese tipo de armamento y continúan perfeccionándolo, sin aceptar un cronograma, que de forma escalonada y verificable avance hacia el desarme nuclear total. Esta realidad se hace también patente en otros mecanismos del sistema de Naciones Unidas respecto al tema, agregó.
Enfatizó, además, que sin la voluntad conjunta de las potencias nucleares no es posible avanzar hacia la supresión de esta pesadilla que gravita sobre la existencia misma de la humanidad.
También denunció cómo el legítimo derecho de Cuba a emplear pacíficamente la energía nuclear en la Medicina y la Agricultura se ve obstaculizado por la agresiva política de bloqueo económico que las sucesivas administraciones estadounidenses aplican a la Isla. (Cubaminrex)
No hay comentarios:
Publicar un comentario