Por Luis Ernesto Ruiz Martínez. No pretendo hacer análisis profundos sobre el desarrollo de la reciente cumbre efectuada entre la CELAC y la Unión Europea que tuvo por sede a la ciudad de Santiago de Chile este fin de semana, de ello se encargarán los especialistas. Sin dudas fue una oportunidad interesante para intentar un acercamiento entre ambas regiones, pero deja muchas más preguntas que respuestas al cerrar las cortinas.
Me limito a compartir con ustedes algunas interrogantes que me quedaron insatisfechas:
1- Si la culta Europa es tan defensora de la “libertad de expresión” ¿por qué se negó el acceso a los medios de prensa para que divulgaran EN VIVO las discusiones?
1- Si la culta Europa es tan defensora de la “libertad de expresión” ¿por qué se negó el acceso a los medios de prensa para que divulgaran EN VIVO las discusiones?
2- Si el Presidente Piñera tiene tan firme convicción de la necesidad de unidad en el continente: ¿estará de acuerdo en llegar a un acuerdo para satisfacer las aspiraciones de quienes desean una educación de calidad en su país?
3- ¿Estará consciente Piñera de que en Nuestra América lo que prima en nuestros pueblos es un espíritu antiimperialista, con ideales progresistas y de izquierda y no su apego a la derecha tradicional?
4- Si Europa tiene tantas potencialidades para “colaborar” con el desarrollo de Latinoamérica y el Caribe, ¿por qué no acaba de resolver sus propios problemas?
A pesar de estas inquietudes los que habitamos esta parte de nuestro planeta vemos con buenos ojos este acercamiento entre dos regiones que pueden hacer mucho en común, pero basado en el respeto a nuestras decisiones y tradiciones. No podemos olvidar que del viejo continente llegaron los “bondadosos” conquistadores que exterminaron nuestras poblaciones originarias.
Los cubanos estuvimos atentos a la señal de TeleSur para mantenernos informados, así que pude escuchar con detenimiento las palabras de Piñera elogiando efusivamente a la Unión Europea que según él “coincide en criterios” con nuestros pueblos. Les aseguro que esperé en algún momento que se acercara a los líderes europeos y les obsequiara con un emotivo abrazo. Por suerte no ocurrió.
Es gratificante saber que Latinoamérica y el Caribe, desplazada e ignorada durante años, pueda erigirse como la tabla de salvación de una agonizante Europa. Nuestros pueblos deben mirar ante todo hacia sí para luego mirar más lejos. La CELAC ha salido fortalecida de esta primera cumbre al poner sobre la mesa varias de sus propuestas. Esperemos cómo actúan los europeos en el futuro inmediato.
Les dejo con las declaraciones del canciller cubano Bruno Rodríguez sobre los avances que se obtuvieron en la reunión:
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